La crisis financiero-económica que comenzó en 2007 en los Estados
Unidos y que hoy abarca a todo el mundo a menudo es comparada con la
crisis de 1929-1933. Aquella, a su vez, representaba la parte final de
la larga crisis de 1873-1933. Por cierto, con aquella larga crisis, cuya
época fue definida por el historiador holandés Jan Romein como la
“línea divisoria”, a menudo comparan el momento histórico que comenzó en
los 1970, o más exactamente – en 1973 y que dura hasta ahora. La crisis
de la “línea divisoria” de 1873-1933 fue el tiempo del “reparto de
naipes del juego social” (F.Braudel), “reparto de los Naipes de la
Historia”, y los que consiguieron hacerse con los ases permanecieron
arriba hasta el siguiente reparto, que comenzó en los 1970. Más aún,
ahora tienen buenas posibilidades para añadir a los viejos ases otros
nuevos. Lo que se dice “dinero va al dinero”. Aunque también podría
resultar “cenizas a las cenizas” – eso ya depende de cómo Dios tire los
dados.
La importancia de la crisis de 1873-1933 es
indiscutible. Justamente entonces se formaron los principales sujetos
(jugadores, agentes) del siglo XX: el capital financiero, su
hermano-enemigo el movimiento socialista revolucionario, los servicios
secretos, el crimen organizado; precisamente entonces surgieron las
principales contradicciones, que tuvo que resolver el siglo XX:
germano-británicas, británico-norteamericanas, germano-rusas; justamente
entonces fue determinado el orden del día filosófico y científico del
siglo XX, se derrumbaron los últimos imperios del Antiguo Régimen, que
la burguesía estaba rompiendo desde el siglo XVIII, se formó el
capitalismo monopolista del estado, el comunismo – anticapitalismo
sistémico, fascismo, nacional-socialismo y los movimientos de liberación
nacional. Y, sin embargo, parece más correcto comparar la crisis de la
“línea divisoria” de finales del siglo XX – comienzos del XXI no con la
crisis “romeiniana”, sino con la crisis de 1490-1560, crisis de una
magnitud mucho mayor que la de 1873-1933, y lo más importante – crisis
sistémica.
La crisis “romeiniana” era una crisis estructural,
se trataba del paso de una estructura capitalista a otra, mientras que a
finales del siglo XV – principios del XVI estaba naciendo el propio
sistema capitalista, estaban surgiendo sus instituciones básicas:
mercado, estado, política etc. Es decir que hacía su aparición aquello
que se debilita, se deshace y se muere en las condiciones de la crisis
de finales del siglo XX – principios del siglo XXI, uno de cuyos
episodios es la crisis económico-financiera que comenzó en 2007.
¿Entonces resulta que la crisis “divisoria” de finales del s. XX –
comienzos del XXI es sistémica y representa la crisis y el fin del
capitalismo como sistema? En seguida diré que sí y además este proceso
no es del todo espontáneo. Es también el resultado de la actuación de la
cúspide de la clase capitalista mundial, unas centenares (como máximo
mil o mil quinientas) familias, los “señores de los anillos” del Mordor
capitalista, quienes están desmontando el capitalismo en su propio
interés – para conservar el poder, los privilegios y la riqueza. Pero
antes de abordar esta cuestión, vamos a observar otras crisis sistémicas
– lo cual es necesario para comprender mejor la crisis que vivimos y
que, como un remolino de agua, podría arrastrarnos al Maelstrom
(vorágine – N. del T.) de la Historia.
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