La filosofía (del latín philosophĭa, y éste del griego antiguo φιλοσοφία, «amor por la sabiduría») es el estudio de una variedad de problemas fundamentales acerca de cuestiones como la existencia, el conocimiento, la verdad, la moral, la belleza, la mente y el lenguaje. Al abordar estos problemas, la filosofía se distingue del misticismo, la mitología y la religión por su énfasis en los argumentos racionales por sobre los argumentos de autoridad, y de la ciencia porque generalmente lleva adelante sus investigaciones de una manera no empírica, sea mediante el análisis conceptual, los experimentos mentales, la especulación u otros métodos a priori, aunque sin desconocer la importancia de los datos empíricos.
La filosofía occidental ha tenido una profunda influencia y se ha visto profundamente influida por la ciencia, la religión y la política occidentales.
Muchos filósofos importantes fueron a la vez grandes científicos,
teólogos o políticos, y algunas nociones fundamentales de estas
disciplinas todavía son objeto de estudio filosófico. Esta superposición
entre disciplinas se debe a que la filosofía es una disciplina muy
amplia. En la actualidad sin embargo y desde el siglo XIX, la mayoría de
filósofos han restringido su área de investigación, y se caracterizan
por estudiar las cuestiones más fundamentales y generales.
SUS ICONOS:
Platón nació hacia el año 428 a. C. en Atenas o Egina en el seno de una familia aristocrática ateniense.Guthrie (1988d, p. 21) Era hijo de Aristón, quien se decía descendiente de Codro, el último de los reyes de Atenas, y de Perictione, cuya familia estaba emparentada con Solón; era hermano menor de Glaucón y de Adimanto, hermano mayor de Potone (madre de Espeusipo, su futuro discípulo y sucesor en la dirección de la Academia) y medio-hermano de Antifonte (pues Perictione, luego de la muerte de Aristón, se casó con Pirilampes y tuvo un quinto hijo). Critias y Cármides, miembros de la dictadura oligárquica de los Treinta Tiranos que usurpó el poder en Atenas después de la Guerra del Peloponeso,
eran, respectivamente, tío y primo de Platón por parte de su madre. En
consonancia con su origen, Platón fue un acérrimo anti-demócrata (véanse
sus escritos políticos: República, Político, Leyes);
con todo, ello no le impidió rechazar las violentas acciones que habían
cometido sus parientes oligárquicos y rehusar participar en su
gobierno.
Espeusipo, sobrino de Platón, elogia la rapidez mental y la modestia que tuvo de niño, así como su amor por el estudio.
En su juventud se habría interesado por artes como la pintura, la
poesía y el drama; de hecho, se conserva un conjunto de epigramas que
suelen ser aceptados como auténticos, y la tradición refiere que había
escrito o tenía interés en escribir tragedias, afán que habría
abandonado al comenzar a frecuentar a Sócrates, nótense las duras críticas que Platón hace de las artes en República, fundamentando su parcial expulsión del Estado
ideal. También, según se ve en su teoría educativa, siempre se interesó
por la gimnasia y los ejercicios corporales, y ciertas fuentes refieren
que se habría dedicado a las prácticas atléticas; habría participado
asimismo de algunas batallas de la Guerra del Peloponeso y de la Guerra
de Corinto, pero no hay información al respecto más que simples
menciones del caso.
En cuanto a su formación intelectual temprana, Aristóteles refiere que, antes de conocer a Sócrates, Platón había tratado con el heraclíteo Crátilo
y sus ideas de que todo lo sensible está en devenir y, por tanto, de
que no es posible el conocimiento científico acerca de ello; pero que
luego, influido por Sócrates
y su enseñanza e insistencia en inquirir y definir qué es cada cosa
para poder hablar de ella con propiedad, se convenció de que había
realidades cognoscibles y, por tanto, permanentes, y decidió que no eran
sensibles -el ámbito de lo que siempre deviene y nunca es- sino de
naturaleza inteligible. Éste es, según Aristóteles, el origen de la teoría de las Ideas, y su información nos permite reconstruir algo del itinerario biográfico-intelectual de Platón.
Según Diógenes Laercio,
Platón conoció a Sócrates a la edad de 20 años, aunque el historiador
W. K. C. Guthrie se muestra convencido de que ya lo frecuentaba con
anterioridad.
De cualquier modo, puede acordarse en que el primer encuentro se
produjo entre el 412 y el 407 (es decir, entre los quince y los veinte
años de Platón). A partir de allí, fue uno de los miembros más cercanos
del círculo socrático hasta que en 399, Sócrates, que contaba unos
setenta años, fue condenado a la pena de muerte por el tribunal popular
ateniense, acusado por los ciudadanos Ánito y Meleto de "impiedad" (es
decir, de no creer en los dioses o de ofenderlos) y de "corromper a la
juventud". La Apología nos muestra a Sócrates
frente al tribunal, ensayando su defensa y acusando a sus opositores de
la injusticia que estaban cometiendo contra él; luego de ser declarado
culpable, Sócrates menciona a un grupo de amigos que están en la tribuna, entre ellos Platón.
Sin embargo, Platón mismo hace que Fedón diga, en el diálogo que lleva
su nombre y al referir a Equécrates la tarde última de Sócrates con sus
amigos antes de beber la cicuta, que "Platón estaba enfermo, creo". A propósito de su ausencia, W. K. C. Guthrie (1988c,
p. 462, n. 120) escribe: "Juzgarlo de forma desfavorable por ello sería
injusto, ya que no sólo debemos esa circunstancia a Platón mismo, sino
que el conjunto del Fedón, por no decir nada de otros diálogos, deja
fuera de toda duda la indudable realidad y la fuerza de su devoción a
Sócrates. Sus sentimientos pudieron haber sido tan intensos que no fuera
capaz de soportar el espectáculo de ser testigo de la muerte real del
mejor, el más sabio y el más justo de los hombres que conoció".
Luego de la pérdida de Sócrates, Platón, que tenía sólo veintiocho
años, se retiró con algunos otros de los discípulos de su maestro a Megara,
Sicilia, a la casa de Euclides (socrático, fundador de la escuela
megárica). De allí habría viajado a Cirene, donde se reunió con el
matemático Teodoro (personificado en el Teeteto) y con Arisitipo
(socrático también, fundador de la escuela cirenaica) y a Egipto, aunque
estos dos últimos viajes son puestos en duda por muchos especialistas.
Se tienen por más seguros, en cambio, los viajes a Italia y a Sicilia,
no sólo porque hay más testimonios, sino por la decisiva Carta VII,
en base a la cual se reconstruye el resto de sus travesías. En su viaje
a Italia habría tenido contacto con eléatas y pitagóricos, dos de las
principales influencias que acusan sus obras, en especial con Filolao,
Eurito y Arquitas de Tarento, quien era, a la vez, político y filósofo
en su pólis. En el 387 viajó por primera vez a Sicilia, a la poderosa ciudad de Siracusa,
gobernada por el tirano Dionisio; allí conoció a Dión, el cuñado de
Dionisio, por quien se sintió poderosamente atraído y al que transmitió
las doctrinas socráticas acerca de la virtud y del placer. Según un
relato tradicional, al final de su visita, Platón habría sido vendido
como esclavo por orden de Dionisio y rescatado por el cirenaico
Anníceris en Egina, pólis que estaba en guerra con Atenas.
A la vuelta de Sicilia, se estima que al poco tiempo, Platón compró
una finca en las afueras de Atenas, en un emplazamiento dedicado al
héroe Academo,
y fundó allí la Academia, que funcionó como tal ininterrumpidamente
hasta el año 86 a.C. al ser destruida por los romanos, siendo restituida
y continuada por los platónicos hasta que en 529 d. C. fue cerrada
definitivamente por Justiniano I, quien veía en las escuelas paganas una amenaza para el cristianismo y ordenó su erradicación completa.
Numerosos filósofos se formaron en esta milenaria Academia, incluyendo
el mismo Aristóteles durante la dirección de Platón, junto a quien
trabajo alrededor de veinte años, hasta la muerte de su maestro. Vale la
pena recordar cierta descripción de W. K. C. Guthrie (1988d,
p. 30) respecto de la Academia: "...No se parece en nada a ninguna
institución moderna (...) Los paralelos más cercanos son probablemente
nuestras antiguas universidades (...) con las características que han
heredado del mundo medieval, en particular sus conexiones religiosas y
el ideal de la vida en común (...) La santidad del lugar era grande, y
se celebraban otros cultos allí, incluidos los de la misma Atenea. Para
formar una sociedad que tuviera su tierra y sus locales propios, como
hizo Platón, parece que era un requisito legal el registrarla como
thíasos, es decir, como asociación de culto dedicada al servicio de
alguna divinidad. Platón eligió a las Musas, que ejercían el patronazgo
de la educación (...) Las comidas en común eran famosas por su
combinación de alimentos sanos y moderados con una conversación que
valía la pena recordar y anotar. Se cuenta que un invitado dijo que los
que habían cenado con Platón se sentían bien al día siguiente". En la
Academia, que no aceptaba personas sin conocimientos matemáticos
previos, se impartían enseñanzas sobre distintas ciencias (aritmética,
geometría, astronomía, armonía, puede que también ciencias naturales) a
modo de preparación para la dialéctica, el método propio de la
inquisición filosófica, la actividad principal de la institución;
asimismo, también era principal actividad, en consonancia con lo
expresado en República, la formación de los filósofos en política, de
modo que fueran capaces de legislar, asesorar e incluso gobernar (se
sabe de varios platónicos que, luego de estudiar en la Academia, se
dedicaron efectivamente a estas actividades)
Platón también recibió influencias de otros filósofos, como Pitágoras, cuyas nociones de armonía numérica y geomatemáticas se hacen eco en la noción de Platón sobre las Formas; también Anaxágoras,
quien enseñó a Sócrates y que afirmaba que la inteligencia o la razón
penetra o llena todo; y Parménides, que argüía acerca de la unidad de
todas las cosas y quien influyó sobre el concepto de Platón acerca del
alma.
Platón murió en el 347 a. C., a los 80/81 años de edad, dedicándose en sus últimos años de vida a impartir enseñanzas en la academia de su ciudad natal.
Socrates
Nació en la Antigua Atenas, donde vivió durante los dos últimos tercios del siglo V a. C., la época más espléndida en la historia de su ciudad natal, y de toda la antigua Grecia. Fue hijo de Sofronisco —motivo por el que en su juventud lo llamaban Σωκράτης Σωφρονίσκου (Sōkrátēs Sōfronískou, ‘Sócrates hijo de Sofronisco’)—, de profesión cantero, y de Fainarate, comadrona, emparentados con Arístides el Justo.
Según Plutarco, cuando Sócrates nació su padre recibió del oráculo el consejo de dejar crecer a su hijo a su aire, sin oponerse a su voluntad ni reprimirle sus impulsos.
No obstante, ni Jenofonte ni Platón mencionan esta intervención del
oráculo, lo que hace pensar que pueda ser una tradición popular muy
posterior.
Desde muy joven, llamó la atención de los que lo rodeaban por la agudeza de sus razonamientos y su facilidad de palabra, además de la fina ironía
con la que salpicaba sus tertulias con los ciudadanos jóvenes
aristocráticos de Atenas, a quienes les preguntaba sobre su confianza en
opiniones populares, aunque muy a menudo él no les ofrecía ninguna
enseñanza. Tuvo por maestro al filósofo Arquelao quien lo introdujo en las reflexiones sobre la física y la moral.
Se casó con Xantipa
(o Jantipa), que era de familia noble. Según una tradición antigua,
trataba muy mal al filósofo, aunque en realidad Platón muestra, al
narrar la muerte de Sócrates en el Fedón, una relación normal e incluso buena entre los dos.
Su inconformismo lo impulsó a oponerse a la ignorancia popular y al
conocimiento de los que se decían sabios, aunque él mismo no se
consideraba un sabio, aún cuando uno de sus mejores amigos, Querefonte, le preguntó al oráculo de Delfos si había alguien más sabio que Sócrates, y la Pitonisa le contestó que no había ningún griego más sabio que él (Apología
21a). Al escuchar lo sucedido, Sócrates dudó del oráculo, y comenzó a
buscar alguien más sabio que él entre los personajes más renombrados de
su época, pero se dio cuenta de que en realidad creían saber más de lo
que realmente sabían. Filósofos, poetas y artistas, todos creían tener
una gran sabiduría, en cambio, Sócrates era consciente tanto de la
ignorancia que le rodeaba como de la suya propia. Esto lo llevó a tratar
de hacer pensar a la gente y hacerles ver el conocimiento real que
tenían sobre las cosas. Asumiendo una postura de ignorancia, interrogaba
a la gente para luego poner en evidencia la incongruencia de sus
afirmaciones; a esto se le denominó «ironía socrática», la cual queda expresada con su célebre frase «Solo sé que no sé nada» (Ἓν οἶδα ὅτι οὐδὲν οἶδα, hèn oîda hóti oudèn oîda). Su más grande mérito fue crear la mayéutica,
método inductivo que le permitía llevar a sus alumnos a la resolución
de los problemas que se planteaban por medio de hábiles preguntas cuya
lógica iluminaba el entendimiento. Según pensaba, el conocimiento y el
autodominio habrían de permitir restaurar la relación entre el ser
humano y la naturaleza.
La sabiduría de Sócrates no consiste en la simple acumulación de
conocimientos, sino en revisar los conocimientos que se tienen y a
partir de ahí construir conocimientos más sólidos.
Esto le convierte en una de las figuras más extraordinarias y decisivas de toda la historia; representa la reacción contra el relativismo y subjetivismo
sofista, y es un singular ejemplo de unidad entre teoría y conducta,
entre pensamiento y acción. A la vez, fue capaz de llevar tal unidad al
plano del conocimiento, al sostener que la virtud es conocimiento y el
vicio ignorancia.
El poder de su oratoria y su facultad de expresión pública eran su fuerte para conseguir la atención de las personas.
Sócrates no escribió ninguna obra porque creía que cada uno debía
desarrollar sus propias ideas. Conocemos en parte sus ideas desde los
testimonios de sus discípulos: Platón, Jenofonte, Aristipo y Antístenes,
sobre todo. Tales testimonios no son convergentes, por lo que no
resulta fácil conocer cuál fue el verdadero pensamiento de Sócrates.
Aristóteles
Aristóteles nació en 384 a. C. en la ciudad de Estagira (razón por la cual se lo apodó el Estagirita), no lejos del actual Monte Athos, en la península Calcídica, entonces perteneciente al Reino de Macedonia (actual Macedonia). Su padre, Nicómaco, fue médico del rey Amintas III de Macedonia, hecho que explica su relación con la corte real de Macedonia, que tendría una importante influencia en su vida.
En 367 a. C., cuando Aristóteles tenía 17 años, su padre murió y su tutor Proxeno de Atarneo lo envió a Atenas, por entonces un importante centro intelectual del mundo griego, para que estudiase en la Academia de Platón. Allí permaneció por veinte años.
Tras la muerte de Platón en 347 a. C., Aristóteles dejó Atenas y viajó a Atarneo y a Aso, en Asia Menor, donde vivió por aproximadamente tres años bajo la protección de su amigo y antiguo compañero de la Academia, Hermias, quien era gobernador de la ciudad.
Cuando Hermias fue asesinado, Aristóteles viajó a la ciudad de Mitilene, en la isla de Lesbos, donde permaneció por dos años. Allí continuó con sus investigaciones junto a Teofrasto, nativo de Lesbos, enfocándose en zoología y biología marina. Además se casó con Pythias, la sobrina de Hermias, con quien tuvo una hija del mismo nombre.
En 343 a. C., el rey Filipo II de Macedonia convocó a Aristóteles para que fuera tutor de su hijo de 13 años, que más tarde sería conocido como Alejandro Magno. Aristóteles viajó entonces a Pella,
por entonces la capital del imperio macedonio, y enseñó a Alejandro
durante, al menos, dos años, hasta que inició su carrera militar.
En 335 a. C., Aristóteles regresó a Atenas y fundó su propia escuela, el Liceo (llamado así por estar situado dentro de un recinto dedicado al dios Apolo Licio). A diferencia de la Academia, el Liceo no era una escuela privada y muchas de las clases eran públicas y gratuitas.
A lo largo de su vida Aristóteles reunió una vasta biblioteca y una
cantidad de seguidores e investigadores, conocidos como los peripatéticos (de περιπατητικός, 'itinerantes', llamados así por la costumbre que tenían de discutir caminando). La mayoría de los trabajos de Aristóteles que se conservan son de este período.
Cuando Alejandro murió en 323 a. C.,
es probable que Atenas se volviera un lugar incómodo para los
macedonios, especialmente para quienes tenían las conexiones de
Aristóteles.
Tras declarar (según se cuenta) que no veía razón para dejar que Atenas
pecara dos veces contra la filosofía (en referencia a la condena de Sócrates), Aristóteles dejó la ciudad y viajó a Calcis, en la isla de Eubea, donde murió al año siguiente, en 322 a. C., por causas naturales.
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